Gritos
No
necesita ciprés…
Aquel
que es ejemplo.
Pues
él y sus restos
permanecerán
imperecederos
aquí
y en el infinito cielo.
Dónde están
los hombres de la tierra
Dónde sus
almas; caminantes sin dirección…
Se perdieron
en las tortuosas catacumbas sin avanzar en sus cárcavas vidas
Se ocuparon de la vasija y bebieron el agua sin digerir la esencia
Envidiando
al amigo, al hermano,
a todo aquel que se cruza en su camino,
deseando los
bienes ajenos palideció su conciencia...
y descarriados, malgastaron su existencia.
¡Olvidando el
hogar que los habita!
Día a día,
pluma a pluma, la paloma se quedó sin ninguna.