Etérica la brisa de tu sino,
agradecida, se derrama...
por las grietas del tiempo que te asiste
por las grietas del tiempo que te asiste
y perfuma la estancia con jazmines.
Descendiendo por los vértices del mundo
atrapa los latidos en instantes,
que erguidos, traspasan la nave del misterio,
emigrando a la cala del deseo...
donde espera la marea prometida,
y compartir el fruto prohibido.
Genial!!! Besos de espuma blanca a los dos.
ResponderEliminarGracias Cristina.
EliminarBesos para vosotros.