¡Continentes y conciencias!
Es por ti, es por mí,
es por todos.
I
Nadie sabe, el daño
que recibe el maltrecho océano
Salvo aquél que
conoce sus cicatrices
Y zurce con puntos de
sutura su esencia
adornando con flores
el camino,
hasta que la marea, lo
devuelva a su destino.
II
Arrecife de corales
sembrados contra corrientes.
Amaneceres pisoteados
por negros deseos de ausencia.
Cuerpos sintéticos, degüellan corderos que alimenten con su sangre
las sombras sin
conciencia…
laberinto de pasiones
reptan amasando
sueños,
robando flores de
jardines ajenos,
mientras otros se
contonean desmembrando los restos,
danzando con el
espectáculo -arrastran sus harapos-
III
Nada tienen, salvo la
sonrisa y un cuarto de vida.
Nada tienen… salvo calaveras
y sus brazos
agrietados
de amasar el aire con
raíces de viento,
Con el polvo del
camino y ramas secas,
adornan los platos.
Nada tienen; salvo
ojos que miran a ninguna parte.
Nada tienen; salvo la
mortaja con la que nacieron un día.
III bis.
En el origen... la teta, secó su esencia.
Momificado, el hombre, perdió su hacienda.
El mundo, quedó ciego…
sin justicia.
Murieron con las
manos vacías
mientras otros lo
hicieron con las manos llenas.
IV
Entre tanto
Los ignaros
maliciosos,
ciegos inventores de
derrumbes ficticios,
espolean la tierra.
La gaviota permanece
impasible...
posada en el mástil
de la indiferencia.
Y las flores
perdieron su aroma.
-Vuestros nombres-
Solo llevan olvido y
hambre en las pestañas.
V
¡Con la V de Victoria!
Se acabó el tiempo
del perdón.
Llegó el momento de
recuperar las horas arrebatadas
por la maldad.
No más Plegarias, ni
ruegos para
los que amordazan al
son de sus miserias.
Ni para los que
recortan patrones a su medida.
“Unamos nuestra
energía, unamos nuestras fuerzas
para que fluya en una sola dirección”
Cuando lo comprendáis...¡buscadme!
buscadme entre las sedas,
¡cuando suba la marea
y despierten vuestras conciencias!
Llegó la hora de recobrar la LUZ del amanecer
y descubrirnos a nosotros mismos.
Serie; retratos en Sepia.
Los fantasmas de la tierra.