Escucho el eco del espacio profundo
Oleadas oceánicas
se acercan a tu órbita
sentenciando
el mañana.
Zumbidos y
ripios tintinean en tus oídos
en el pecho cuelgan relicarios muertos,
en el pecho cuelgan relicarios muertos,
en la boca; sabor
amargo.
Quisiste olvidar y zurces muros de acero
batiendo en
duelo las nostalgias.
Solo el
adobe persiste…
hasta que la
tormenta lo reconvierta en polvo
y se pierda
en cualquier rincón del cosmos
donde no hay
verdades ni mentiras.
Y tal vez, solo
tal vez, ya nada importa.
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