martes, 7 de octubre de 2014

Despide la tristeza…


Silente fue la marcha...
Cálida la venida.

Hoy, todo el tiempo es para ti…
Cuando las retinas relucen sin llanto
Y los colores recuperan su esplendor.
La luna, es el perfecto orbe que alumbra los sueños,
mientras el jazmín perfuma tu cuarto...
Mira la vida y sonríe…
¡Aunque los cuervos sigan graznado
sobre los tejados!.

2 comentarios:

  1. siempre la esperanza, siempre la alegría, pues claro.

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  2. Es una sabia reflexión traducida a bellas palabras las que componen este poema, que hoy, especialmente, agradezco infinitamente el haber leído.
    Un abrazo Mercedes; aunque maltrecho...aun al pie del cañón.

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